La incapacidad laboral se define como la situación en la que un trabajador no puede desempeñar las funciones habituales de su puesto de trabajo debido a una enfermedad o accidente. Esta incapacidad puede ser de carácter temporal o permanente y se clasifica en varios grados, dependiendo de la severidad de la afección y del impacto que tiene en la capacidad del trabajador para realizar sus tareas laborales.

La incapacidad laboral no solo supone una limitación física o funcional del trabajador, sino que también tiene implicaciones legales y económicas importantes. La Seguridad Social en España, a través del Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) o del Instituto Social de la Marina (ISM), es la encargada de evaluar y determinar el grado de incapacidad, así como de gestionar las prestaciones económicas que corresponden a los trabajadores afectados. Así, la incapacidad laboral puede tener su origen en diferentes tipos de contingencias:

  1. Enfermedad común: se refiere a las patologías que no están relacionadas con la actividad laboral del trabajador, como podría ser una gripe, un infarto o cualquier otra enfermedad que no se considera de origen profesional.
  2. Accidente no laboral: son aquellos accidentes que ocurren fuera del ámbito de trabajo y que no están relacionados con la actividad profesional del trabajador. Un ejemplo podría ser un accidente de tráfico que ocurra en tiempo libre.
  3. Accidente de trabajo: es cualquier lesión corporal que el trabajador sufre con ocasión o como consecuencia del trabajo que ejecuta por cuenta ajena. Un accidente de trabajo puede ser, por ejemplo, una caída desde una escalera en la oficina o una lesión causada por maquinaria en una fábrica.
  4. Enfermedad profesional: se refiere a aquellas enfermedades que son contraídas por los trabajadores como consecuencia de la realización de actividades que implican la exposición a factores específicos de riesgo en el lugar de trabajo. Por ejemplo, enfermedades respiratorias en mineros o lesiones musculoesqueléticas en trabajos que suponen esfuerzo físico repetitivo.

Tipos de incapacidad laboral

La incapacidad laboral se clasifica en diferentes tipos y grados en función de la gravedad de la afección del trabajador y su impacto en la capacidad para desempeñar su profesión habitual o cualquier otra. La legislación española contempla principalmente dos grandes categorías de incapacidad laboral: incapacidad temporal e incapacidad permanente, cada una con sus respectivas subcategorías. Entender estas clasificaciones es esencial para cualquier trabajador que pueda enfrentarse a una situación de este tipo, ya que determina los derechos y prestaciones a los que puede acceder.

1. Incapacidad temporal (IT)

La incapacidad temporal (IT) es una situación en la que un trabajador se encuentra temporalmente incapacitado para realizar su trabajo debido a una enfermedad o accidente, ya sea de origen laboral o no laboral. Esta incapacidad es conocida comúnmente como «baja médica» y está diseñada para proteger al trabajador durante el periodo en el que no puede desempeñar sus funciones habituales. Las Características de la incapacidad temporal son:

Ejemplos de incapacidad temporal:

2. Incapacidad permanente (IP)

La incapacidad permanente (IP) se reconoce cuando, tras recibir el tratamiento médico adecuado, el trabajador presenta reducciones anatómicas o funcionales graves que disminuyen o anulan su capacidad laboral de forma definitiva. Esta incapacidad se clasifica en diferentes grados según el impacto que tiene en la capacidad del trabajador para realizar cualquier tipo de trabajo o su profesión habitual. A continuación, se detallan los distintos grados de incapacidad permanente:

a) Incapacidad permanente parcial (IPP)

La incapacidad permanente parcial se refiere a la situación en la que el trabajador sufre una disminución no inferior al 33% en el rendimiento normal de su profesión habitual, sin que ello le impida realizar las tareas fundamentales de la misma. Este tipo de incapacidad afecta a la eficiencia con la que el trabajador puede desempeñar su trabajo, pero no le incapacita completamente para hacerlo.

Ejemplo de incapacidad permanente parcial:

b) Incapacidad permanente total (IPT)

La incapacidad permanente total inhabilita al trabajador para realizar todas las tareas de su profesión habitual, aunque le permite desempeñar una actividad diferente. Es decir, el trabajador no puede continuar en su empleo anterior, pero está capacitado para trabajar en otro empleo que no requiera las mismas capacidades.

Ejemplo de incapacidad permanente total:

c) Incapacidad permanente absoluta (IPA)

La incapacidad permanente absoluta se refiere a la situación en la que el trabajador está incapacitado para realizar cualquier tipo de trabajo o profesión con un mínimo de profesionalidad, eficacia y rendimiento. Este grado de incapacidad inhabilita al trabajador para desempeñar cualquier actividad laboral remunerada.

Ejemplo de incapacidad permanente absoluta:

d) Gran invalidez (GI)

La gran invalidez es el grado más severo de incapacidad permanente. Se reconoce cuando el trabajador, además de estar incapacitado para cualquier trabajo, necesita la asistencia de otra persona para llevar a cabo los actos más esenciales de la vida diaria, como vestirse, alimentarse o desplazarse.

Ejemplo de gran invalidez:

Procedimiento para el reconocimiento de la incapacidad laboral

El reconocimiento de la incapacidad laboral es un proceso diseñado para garantizar que solo se otorgue a aquellos trabajadores que realmente han visto reducida o anulada su capacidad para trabajar debido a una enfermedad o accidente. Este procedimiento está regulado por la Ley General de la Seguridad Social (LGSS) y otras normativas complementarias, y es llevado a cabo principalmente por el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) o, en su caso, por el Instituto Social de la Marina (ISM) para los trabajadores del mar. 

1. Inicio del procedimiento

El proceso para el reconocimiento de una incapacidad laboral puede iniciarse de diferentes maneras, dependiendo de la situación del trabajador:

2. Aportación de documentación y evaluación médica

Una vez iniciado el procedimiento, el trabajador (o la entidad que haya iniciado el procedimiento) debe aportar toda la documentación médica relevante, que puede incluir:

El INSS o el ISM, a través del Equipo de Valoración de Incapacidades (EVI), evaluará esta documentación. El EVI es un órgano colegiado compuesto por médicos especialistas, inspectores de trabajo y otros expertos que analizan cada caso de manera integral.

3. Valoración del Equipo de Valoración de Incapacidades (EVI)

El Equipo de Valoración de Incapacidades (EVI) es responsable de emitir un dictamen-propuesta sobre la situación del trabajador. Este equipo revisa toda la documentación aportada, realiza exámenes médicos complementarios si lo considera necesario, y puede convocar al trabajador para una evaluación médica presencial. Durante esta evaluación, el EVI considerará diversos aspectos:

El dictamen del EVI es fundamental para la decisión final, aunque no es vinculante. Este dictamen incluirá una recomendación sobre el grado de incapacidad que se debería reconocer, si es el caso, y la cuantía de la prestación correspondiente.

4. Resolución del INSS o del ISM

Basándose en el dictamen-propuesta del EVI, el INSS o el ISM dictará una resolución en la que se especificará:

Esta resolución debe emitirse en un plazo máximo de 135 días desde la fecha de la solicitud o desde que se inició el procedimiento de oficio. Si no se dicta resolución en este plazo, se considerará desestimada la solicitud por silencio administrativo negativo.

5. Comunicación y efectos de la resolución

Una vez emitida la resolución, esta se notificará al trabajador, quien deberá firmarla para recibir la prestación correspondiente. Es importante que el trabajador comprenda completamente los términos de la resolución, incluyendo el grado de incapacidad reconocido y la cuantía de la prestación.

6. Impugnación de la resolución

Si el trabajador no está conforme con la resolución emitida por el INSS o el ISM, tiene derecho a impugnarla:

Derechos de los trabajadores ante una incapacidad laboral

Cuando un trabajador se encuentra en una situación de incapacidad laboral, ya sea temporal o permanente, la legislación española le otorga una serie de derechos destinados a proteger su bienestar, asegurar un ingreso económico durante su período de inactividad, y garantizar que se respeten sus derechos laborales y sociales. Estos derechos varían en función del tipo de incapacidad y de las circunstancias específicas del trabajador, pero todos ellos están diseñados para ofrecer una red de seguridad que minimice el impacto económico y social de la incapacidad. 

1. Derecho a la asistencia sanitaria y tratamiento médico

Uno de los derechos más fundamentales que tiene el trabajador en situación de incapacidad laboral es el acceso a la asistencia sanitaria y tratamiento médico necesario para su recuperación. Este derecho está garantizado por la Seguridad Social, que cubre todas las prestaciones sanitarias relacionadas con la enfermedad o lesión que causó la incapacidad.

2. Derecho a prestaciones económicas

El trabajador en situación de incapacidad laboral tiene derecho a recibir prestaciones económicas que compensen la pérdida de ingresos debido a su incapacidad para trabajar. Estas prestaciones varían según el tipo de incapacidad:

a) Prestaciones por incapacidad temporal (IT)

b) Prestaciones por incapacidad permanente (IP)

3. Derecho a la reserva del puesto de trabajo

Durante el periodo de incapacidad temporal, el trabajador tiene derecho a la reserva de su puesto de trabajo. Esto significa que el empleador no puede despedir al trabajador por estar de baja médica, y debe mantener su puesto de trabajo disponible para cuando el trabajador se recupere y pueda reincorporarse.

4. Derecho a la protección frente al despido

En casos de incapacidad temporal, el despido basado únicamente en el hecho de estar de baja médica puede considerarse improcedente o incluso nulo, dependiendo de las circunstancias. Esto protege al trabajador de perder su empleo mientras se encuentra en una situación vulnerable.

5. Derecho a la revisión y recurso de la resolución

El trabajador tiene derecho a solicitar una revisión de su situación de incapacidad si considera que su condición ha mejorado o empeorado. Esta revisión puede dar lugar a una modificación del grado de incapacidad reconocido, lo que podría implicar un ajuste en la cuantía de la prestación económica.

6. Derecho a medidas de protección social complementaria

En algunos casos, especialmente en situaciones de incapacidad permanente, el trabajador puede tener derecho a medidas de protección social complementaria, como:

Comprender cómo funcionan y qué derechos tienen los trabajadores en estas situaciones es fundamental para garantizar que se respeten sus derechos y se les proporcione la protección adecuada. Si te encuentras en una situación que pueda derivar en una incapacidad laboral, es vital estar bien informado y, si es necesario, buscar el apoyo legal necesario para asegurar que se cumplan tus derechos.